Y así dejo de buscar la inspiración y empiezo a automotivarme. Tuve una visión y supe que es lo que quería, solo es cuestión de tomarlo, a veces se suele escapar de los dedos, pero la cuestión es pelearla. Las cosas van bien, no me puedo quejar, he llenado aquel vacío con personas totalmente acertadas, me di cuenta que la practicidad debe ser aplicada en la más minima de las cosas. Que nadie debe ni tiene la obligación de aguantar a nadie, solamente está en uno mismo el cambio de actitud. Me dí cuenta de cuanto tiempo perdía amargandome por cosas que no puedo ni debo ni quiero cambiar. Me dí cuenta que en el fondo, lo que hacía estaba mal. Que las risas cosechadas son lagrimas disfrazadas. Que la frustración es la forma de gritar el dolor. Pero ya no hay dolor, entonces.. por qué seguir gritando. Quizás para sentirme viva, quizás para tener una motivación y salir adelante. Hay personas que teniendo una sonrisa vana todos los días creen que alcanzarán sus objetivos. Sinceramente, no las...