Recuerdo la primera vez que fui al Estado Capwell . Tenía 8 años e iba con la camiseta del bombillo... Mis padres no me habían llevado nunca, porque consideraban que yo era muy pequeña para elegir a quien seguir. Yo lo tenía claro, mi sangre era azul, como el cielo que nos cubre, y la primera vez que fui al estadio, sentí el verdadero significado de esta camiseta. El compromiso que significa cantar los 90 minutos del partido, y yo quería hacerlo . No me sabía las barras, yo coreaba según lo que escuchaba, pero cada vez que lo hacía era con sentimiento... Quería ver a mi equipo campeón, eso era todo. No recuerdo cual fue el resultado, pero lo que sí recuerdo, es que mi amor por el bombillo desde ahí fue imparable . Lo he seguido año tras año, celebré el campeonato del 2001, con el gol del Cuqui Juarez , celebré con más fuerza el bicampeonato 2002, cuando eramos los menos opcionados , nunca perdí la fe. Desde esa fecha, el título se nos ha hecho esquivo, llevamos ya diez años sin ser