Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2013

Calaveras y diablitos...

En estos días he parado un poco para hacer una reflexión. Me gusta mi vida como está, pero eso no significa que no le quiera agregar más. ... Agregarte a ti, por ejemplo. Pero, no das señales, si vives o mueres en mí... Solo estás ahí, como los microbios, los cueritos de los dedos  y los sostenes. Bien me va a ir en la vida con esas comparaciones, pero es que no sé cómo explicar los instantes reprimidos, lo que significa para mí una palabra dicha por ti.  Estoy en un estado de negación total, me da miedo tan siquiera creer que esto puede ser real. No entiendo, quizás me niego a creer que algo sea tan perfecto o me niego a creer que tú no sientes esto. O quizás me niego a creer que me equivoqué, pero tus ojos me dicen, a veces, que lo estoy haciendo bien. Definitivamente, no te entiendo, pero a veces tampoco quiero entenderte.

Tengo una relación con alguien muy importante...

Les haré otra confesión: me siento incómoda con los halagos. No porque sienta que no son honestos, al contrario, me agrada que la gente reconozca mi trabajo, que vean el sacrificio que hago a diario para poder ser una mejor profesional, con mis defectos, virtudes y mala memoria incluida. Sin embargo, los halagos son armas de doble filo, te ayudan a mantenerte motivada/o, sí... es cierto, pero también ayudan a autoengañarse. Hay mucha gente fanática del autoengaño y por ser así, fracasan en la vida. Lo último que quiero en la vida es fracasar, por eso, cuando reconocen que hago las cosas bien, respondo con un chiste y examino de parte de quien viene esa frase agradable. No es por desconfiada, sino porque las traiciones duelen más cuando son de alguien que aprecias o de alguien que te ve "con ojos de cariño", por eso... cuando descubres que es por compromiso o por cariño y el cumplido era falso, te sientes mal, te sientes desilusionada. No hay nada más feo que la

Un buen partido

¿Quién decide si somos un buen partido o no?, porque quisiera saberlo.  Parece que hay una regla o línea no definida que te cataloga como un buen o mal partido, o que te hace decidir si una persona es buena o no para ti. ¿Quién es ideal para ti y quien no?, ¿Cómo saberlo?, supongo que el corazón es el que te dice que alguien es para ti, pero... ¿Y si esa persona no te corresponde?, ¿Tú corazón te trolleo? No sé, a veces pienso que es más fácil aprender álgebra lineal que descifrar los misterios del amor y todo lo que lo rodea. Como una amistad se puede convertir en gusto y como un gusto en amor. Y cómo puede suceder a la inversa, como el amor se convierte en pasión y la pasión se va acabando con la costumbre, la cual precede a la rutina y la misma es prima hermana del cansancio, el cual es mejor amigo del fastidio. He pasado por todas estás etapas con personas que he querido y me han querido, sin embargo, cada persona es un universo, cada persona es tan distinta a la o

Escribir cura...

Mi post anterior , sorpresivamente para mí, tuvo muy buena acogida. Me siento complacida con el hecho de que muchas personas hayan llegado hasta aquí y tengan la oportunidad de leer lo que pienso. Debo admitir que no fue muy cómodo tener tanta atención, algunos leyeron y creyeron que mi idea era llamar la atención o, peor aún, hacerme la víctima por mi experiencia. Nada más lejos de la verdad... Mi idea era desahogarme de algo, como siempre lo he hecho, a través de los escritos que están publicados en está página, que bien o mal, está próxima a cumplir 7 años. ¿Quién diría?, empecé a escribir aquí cuando tenía 14 años. Pasé por muchas etapas, unas muy buenas otras muy malas. Les conté cuando fallecieron mis abuelos, cuando mi hermano tuvo su accidente, cuando inicié y cuando terminé relaciones, entre otras cosas. Escribir es una terapia para mí, siempre lo ha sido. Aquí puedo simplemente dejarme llevar por las palabras, mis pensamientos fluyen, no hay limitantes. Obviament

Soy fea...

Les voy a contar un secreto: Desde niña, las personas a las que no les caigo bien me han dicho que soy "fea".  Nací con catarata congénita , un síndrome hereditario. Me operaron cuando era bebé, producto de eso he usado lentes gruesos toda mi vida. No les puedo contar la cantidad de lentes de contacto que perdí cuando era chica, mi papá gastó muchísimo dinero en eso. Recuerdo que cuando era bebé. mis papás mandaban a pedir mis lentes a Estados Unidos... Está situación era muy rara en el país allá por 1990.  Según mi mamá, un niño y yo eramos los primeros en padecerlo en Ecuador. Aunque a mi no me importaba, mi infancia fue feliz... tuve los mejores abuelos del mundo, mis tías me adoraban, mis papás me engreían y me daban todo lo que quería, no necesitaba más, no quería más. Todo hasta que llegó el jardín. Cuando estás en el jardín, los niños son muy crueles, te dicen cosas muy feas. Así fue como me gané apodos como "topo", "cuatro ojos",