He tenido unos días bastante duros, de hecho, dos meses bastante jodidos.
Siempre se tiene miedo a los cambios, más a aquellos que sabes de antemano que no están bien, sin embargo, cuando no tienes más que hacer, debes aceptar las cosas como vienen y sacarles provecho.
Mi vida, laboralmente hablando, se va a transformar. Algo que, debo admitir, no es nada de mi agrado, pero esto está fuera de mi alcance, entonces tengo dos opciones: Rendirme o Trabajar con lo que tengo.
Siempre he considerado que rendirse es de cobardes, yo no soy cobarde, me gusta pelear hasta el final por mis ideales, así que bueno, después de quejarme, llorar, putear y volver a llorar, llegué a la conclusión de que debo luchar hasta el final, así tendré la conciencia tranquila y dormiré en paz por las noches. Si todo se jode, sabré que no fue por mi culpa, porque hasta el final di todo lo que tenía y más.
Y bueno, quizás sea el momento ideal de oxigenarse, de replantearse metas, sueños y objetivos.
Es por esto que en esta etapa de mi vida, está canción se ha vuelto mi himno:
"Cada uno da lo que recibe
y luego recibe lo que da,
nada es más simple,
no hay otra norma:
nada se pierde,
todo se transforma..." - Todo se transforma, Jorge Drexler.
y luego recibe lo que da,
nada es más simple,
no hay otra norma:
nada se pierde,
todo se transforma..." - Todo se transforma, Jorge Drexler.
That's All.
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